lunes, 28 de octubre de 2013

ISLANDIA IV

ISLANDIA IV
AUSTURLAND. LOS GLACIARES DEL ESTE


Geológicamente, los fiordos del este son una de las zonas más antiguas del país, erosionadas por los glaciares hasta el punto de dejar a la vista sus entrañas.



Las zonas más alejadas de las principales carreteras están casi despobladas, salvo por los rebaños de renos salvajes que bajan a las zonas de la costa cuando aprieta el frío.


En las islas de los fiordos del este y sureste se pueden observar gran cantidad de aves marinas, como frailecillos, aunque sólo entre los meses de junio y agosto, ya que después se van con sus crías al mar del Norte. También pueden observarse focas en las playas rocosas.


Los profundos fiordos del este, lugar donde llegar los ferrys desde Dinamarca, están protegidos por altísimas montañas talladas con formas curiosas, que en algunas zonas recuerdan a templos budistas, como los de Angkor, separadas por altas cascadas que llegan al mar.




Es una zona muy buena para degustar productos del mar como langostinos y bogavantes, sobre todo de Hofn, lugar donde también hay un Centro de visitantes que informa sobre las posibilidades de la visita al gran glaciar de Vatnajokull, que con 8400 Km cuadrados es más gran grande que el resto de glaciares europeos juntos.



Llega a tener hasta un km de espesor y una gran actividad geotérmica, con fuentes termales que surgen a la superficie, así como volcanes cubiertos de hielo.
Existen varias formas de visitar el glaciar: desde la carretera circular se bordea durante varios km el glaciar observando las numerosas lenguas de hielo surgiendo de los desfiladeros montañosos.



LOs brazos helados del glaciar se transforman en cascadas que caen desde las alturas para formar multitud de rios y corrientes que atraviesan los puentes de la carretera hasta el mar.


Otra forma es alquilar una moto de nieve o vehículos oruga que se adentran con grupos en las lenguas del glaciar. Lamentablemente, nosotros sufrimos esos días una tormenta de viento que cerró el parque y nos impidió disfrutar de esta opción que es la más espectacular.


La alguna Jokursarlon es la joya de este glaciar. Al lado mismo de la carretera es un espectáculo ver a la deriva los cientos de iceberg que flotan en la laguna glaciar.




Es posible la navegación y tocarlos in situ mediante vehículos anfibios que se contratan allí mismo sobre la marcha.






Siguiendo la carretera circular y tras atravesar un larguísimo arenal, peligroso durante estas tormentas de viento, ya que por las chimeneas que salen de los glaciares se forman tormentas de ceniza proveniente de los volcanes activos, que dificultan ( o cierran las carreteras definitivamente por provocar numerosos accidentes de vehículos, rotura de todas sus lunas o incluso volcarlos - se ven arrancados trozos de mas de 20 m de carretera y arrojados a 20 m de la calzada - ), se llega a la zona de Vik.







Es una zona de altos acantilados que separan playas larguísimas de arena negra, a escasos km de los glaciares. Es la zona ideal para ver los nidos de los frailecillos ( ¡ya se habían ido todos!).







Son espectaculares las formaciones basálticas que se forman en estos acantilados, en forma de columnas hexagonales perfectas que se forman cuando la lava entra en contacto despacio con el agua, formando formas que parecen los tubos de un órgano.


También son muy bonitos los picachos que salen del mar a ambos lados de la playa, como centinelas. Según las leyendas son trolls, siempre son trolls...

Siguiendo la carretera hacia el oeste bordeamos el glaciar de Myrdarsjokull, el segundo más grande del país. Al abrigo de las montañas es fácil encontrar las típicas granjas islandesas con los tejados tapizados de hierba, que surgen aprovechando el calor interior.




Llegamos a otra maravilla natural de Islandia y uno de los monumentos naturales más fotografiados del país: la cascada de Skogafoss, con su perenne arco iris. Estamos ya en Sudurland, el sur de Islandia.




Una leyenda cuenta que en la cueva que hay tras de ella hay un cofre con un tesoro que escondió allí uno de los primeros colonos, y que cuando incide el sol sobre la cascada brilla el oro.




Muy cerca, en dirección a Reykiavik hay otra soberbia cascada, Seljalandsfoss, que cae desde una altura de 60 metros.




Tambíen en ésta hay una cueva y es relativamente fácil pasar por detrás de ella por un camino ( aunque te mojas sí o sí ).





La mejor hora para visitarla es a última de la tarde, ya que la luz vespertina incide lateralmente y el efecto es espectacular.



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