ISLANDIA - PENINSULA DE SNAEFELLSNES
La península de Snaefellsnes es una Islandia en miniatura, ya que en su recorrido se pueden observar todos los paisajes del resto de la isla, a una escala reducida: glaciares, volcanes, costas escarpadas, playas negras, etc..
En esta península, al noroeste de la capital, las montañas se elevan sobre la costa, agrestes, dominadas todas ellas por la figura del volcán Snaefellsnes y el glaciar Snaefellsjokull, de nieves perpetuas, y entrada al centro de la Tierra para el profesor Lindenbrock en el mítico libro de Verne.
Al sur de la península se eleva el viejo cráter de Eldborg, de forma casi circular. Erupcionó hace cíentos de años arrojando un gran campo de lava que ahora está cubierto de vegetación y arbustos.
La excursión a la cima del Eldborg se inicia desde el puente de Snorrastadir, al borde de una granja, y se atraviesa el campo de lava hasta llegar a la base del volcan y de su hermano pequeño; es relativamente sencilla y merece la pena observar desde la cima el paisaje.
Bordeando la península por la carretera sur, absolutamente espectacular, lo difícil es no distraerse del volante admirando las altísimas cascadas que caen violentamente desde las montañas caprichosas e irregulares. En esta zona lo único que encontramos son granjas diseminadas, al abrigo de estas montañas.
¡Bueno! También hay que tener cuidado de no llevarte por delante alguna de las millones de ovejas que pastan en todo el país, y que en ocasiones son nuestra única compañía.
Antes de llegar a la zona de los campos de lava del Snaefellsnes, se encuentran los pueblos de Hellnar y Arnastapi, antiguos pueblos pesqueros. Stapi es el último pueblo donde se avitualla los heroes vernianos antes de subir al volcán.
Ambos puebloes están comunicados por un precioso paseo entre los acantilados de Svortuloft, sujetados por columnas basálticas, repletos de cuevas y formaciones rocosas fantasmagóricas, que es además una reserva natural de aves marinas.
Según las leyendas locales, es el hogar de elfos y trolls, y no sería nada extraño encontralos por aquí.
Circunvalando la península, se encuentran espectaculares campos de lava, que nada tiene que envidiar a los más famosos del sur de la isla, con formaciones de lava tapizadas de vegetación que hacen un contraste cromático increible.
Las cascadas y cataratas se abren paso en la dúctil roca volcánica precipitando por los acantilados el agua procedente de los glaciares de hielo perpetuo. Es un espectáculo natural que no te cansas de contemplar, a pesar del gran número de saltos que hay por todo el país, a cada cual más espectacular.
Ya en el norte, se encuentran las poblaciones más grandes de la zona, Olafsvik y Grundargjordur, situados en preciosos pueros naturales, que son el punto de partida para vistar el Parque Nacional de Snaefellsjokull y sus glaciares, así como salidas a avistar ballenas.
Son los principales pueblos pesqueros y comeriales de la zona.
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