viernes, 7 de marzo de 2014

CRETA



Creta es sin duda una isla única, un destino diferente donde perderse, perfecto para descubrir las raíces de nuestra historia y la esencia de la cultura griega.

Creta es una isla de personalidad fascinante. Anexionada a Grecia hace apenas un siglo, en 1913, su historia se adentra en los remotos tiempos del Neolítico. La presencia de grandes civilizaciones en su territorio se asemeja a un telar tradicional (argaleiós en griego), cuyos hilos han tejido una alfombra colorida y viva, un alma propia. 
El nombre de Creta se halla íntimamente ligado a la civilización minoica: quince siglos de una cultura primigenia en el Mediterráneo (2700-1200 a.C.), los palacios de Cnosos y Festos, los rituales refinados, los intercambios con Siria y Egipto.


Cnosos se halla a diez minutos en coche o en autobús de la capital, Heraklion. Acercarse allí es adentrarse en su dimensión mitológica y pensar en el enojado Minos, su esposa Pasifae y el engendro de Minotauro, encerrado dramáticamente en un laberinto.















El laberinto del Minotauro
Androgeo, hijo de Minos, rey de Creta, había participado en los juegos deportivos de Atenas y había vencido en todas las competiciones. Los sobrinos de Egeo, rey de Atenas, envidiosos, lo acusaron de conspiración para hacerse con el trono de Atenas y lo asesinaron.
El rey Minos protestó ante los dioses del Olimpo los cuales ordenaron a Atenas que cada nueve años entregara a Creta catorce jóvenes, siete muchachos y siete muchachas, para que sirvieran de alimento al Minotauro, un terrible monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro que había nacido de Pásifae, esposa de Minos y un toro que Poseidón había regalado a Minos. El Minotauro estaba encerrado en un laberinto que había construido el arquitecto Dédalo.
Teseo, para acabar con esta costumbre, decidió ser uno de los siete muchachos que se entregarían al Minotauro. Cuando llegó a Creta fue llevado junto a los otros jóvenes al laberinto. Ariadna, la hija de Minos, se enamoró de Teseo y para ayudarle le dio un ovillo de hilo, para que atara un extremo en la entrada del laberinto y pudiera encontrar la salida. Ariadna le hizo prometer a Teseo que la llevaría a Atenas y se casaría con ella. 
Teseo logró matar al Minotauro y escapó con todos sus compañeros. Teseo abandonó a Ariadna en la isla de Naxos






Pasar un día en Heraklion implica sumergirse en su Museo Arqueológico para contemplar los frescos del palacio minoico de Cnosos, así como las joyas, vasijas y otros objetos hallados entre las ruinas.











El asentamiento de Festos, otro vestigio de la misma época (1900 a.C.), se encuentra cerca de los acantilados de arenisca de Matala, en la costa sur, a unos 70 kilómetros. Sus ruinas, mucho menos visitadas, transmiten un encanto especial porque no han sido reconstruidas y permiten ver los dos palacios que quedaron al descubierto gracias a las excavaciones realizadas por el arqueólogo italiano Federico Halbherr en 1900, al mismo tiempo que Arthur Evans trabajaba en las ruinas de Cnosos.










Hoy en día, Creta fascina no solo por aquel pasado misterioso, sino también por un paisaje de sierras montañosas pobladas de olivos, abismos sobre el mar, pueblecitos escondidos, playas solitarias y una gente hospitalaria y amante de la buena mesa.





Creta es conocida por su belleza natural y su variado paisaje, con montañas imponentes, profundas gargantas y numerosas cuevas que desembocan en el mar.









Creta ha sido una isla muy codiciada por su posición estratégica y que nos muestra pedazos de su historia a través de la fortaleza veneciana de Rethymnon, las antiguas mezquitas y los monasterios de Arkadi y Preveli.






Al este de la capital cretense, encontramos Agios Nikolaos, en el Golfo de Mirabelo. Se trata de un pueblo costero tradicional que recibe a cientos de veraneantes por la belleza del lugar.






Uno de los atractivos más auténticos de Creta es su cultura y costumbres. Creta es una isla muy tradicional, con un carácter propio fuertemente arraigado entre sus habitantes, sobre todo en los pueblos rurales más remotos. Los cretenses son gente cálida, con un carácter indomable, orgulloso y auténtico. Podemos pasar unas vacaciones inolvidables en los mejores hoteles en Creta, disfrutando de su gente, sus playas, sus tesoros y su naturaleza.





Tampoco podemos olvidar la mitología que envuelve la isla, lugar se nacimiento de Zeus, y donde Dédalo construyó el laberinto del Minotauro.



Matala


























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